martes, 11 de agosto de 2009

JUGOS COMERCIALES FALSOS, ENGORDAN Y ENFERMAN A MEXICANOS



Boletín 065/10 de agosto de 2009
Revientan norma de jugos y néctares intereses industriales para mantener adulteraciones del producto que llegan hasta el 79%

Con un retraso de casi 15 años, la norma oficial de jugos y néctares sigue trabada. Luego de que su versión anterior fue boicoteada por la industria procesadora de bebidas y de que la actual versión de la norma fue rasurada para excluir los néctares (la bebida de fruta de mayor venta), se esperaba que esta norma fuera publicada desde julio pasado pero hasta la fecha eso no ha ocurrido. La situación sólo permite a las empresas continuar engañando a los consumidores con un producto totalmente adulterado, como lo ha hecho durante decenios..
“Con la administración de Carlos Salinas de Gortari, al ser creada la Ley Federal de Metrología y Normalización, las normas técnicas que eran elaboradas por las diversas áreas de gobierno demandando al sector productivo acatarlas, fueron convertidas en voluntarias. A partir de esta Ley, las dependencias oficiales perdieron su carácter dictaminador de normas y se transformaron en negociadoras con los industriales y otros sectores que entraron a la elaboración de las normas que tienen que ser aprobadas por consenso, una situación que ha significado que muchas normas de alimentos y bebidas no hayan sido aún publicadas por no contar con la aprobación del sector empresarial”, explicó Gerardo Moncada, coordinador de Investigación y Comunicación de El Poder del Consumidor.
De acuerdo con un estudio elaborado en 2006 por la Procuraduría Federal del Consumidor, los jugos de naranja de marcas como Jumex, Herdez, Del Valle y Minute Maid Forte presentaban adulteraciones que iban del 40% al 69%; los jugos de manzana de Florida 7, Saborex, Minute Maid Forte y Del Valle adulteraban su producto entre el 43% y el 71% y los jugos de uva de Jumex, Saborex, Del valle y Florida 7 presentaban una adulteración entre el 47% y el 79%.
Desde 2004 fue elaborado el proyecto de norma (NOM 000 SCFI para jugos y néctares). En septiembre de 2006 la Profeco anunció que esta norma sería publicada el 3 de agosto de ese año y se otorgarían 90 días a las empresas para cumplir lo ahí establecido. Sin embargo, las procesadoras de bebidas se opusieron y bloquearon este procedimiento.

De nueva cuenta reinició el proceso de elaboración de la norma, ahora la NOM 173 SCFI 2008, que se anunció sería publicada antes de concluir julio pasado, pero aún no aparece en el Diario Oficial de la Federación. Esta nueva norma ha excluido a los néctares, la bebida de fruta con mayores ventas, y presenta serías deficiencias que permiten mantener el engaño sobre los consumidores acerca de la calidad y las cualidades de los jugos. Por ejemplo, no obliga a especificar cuando un jugo proviene de un concentrado, lo cual significa una calidad sustancialmente inferior en comparación con un jugo obtenido directamente de la fruta.
Los jugos industrializados se han convertido en una bebida importante en la dieta de los mexicanos, como lo confirman empresas e instituciones de salud. Coca Cola, que ha reportado una caída en sus ventas de bebidas carbonatadas, logró mantener el crecimiento en sus ingresos gracias a las ventas de jugos y néctares Del Valle. El Instituto Nacional de Salud Pública ha reportado que los mexicanos somos la población que más calorías ingiere en bebidas en todo el mundo y que los jugos son una de las principales bebidas, señalando que ésta es una de las principales causas de la pandemia de sobrepeso y obesidad en el país.
“Con la falta de normatividad en jugos y néctares no sólo se permite la adulteración del producto que con tales características no podría venderse como jugo en otros países, sino que también se engaña y niega la información al consumidor sobre los tipos y cantidades de azúcares añadidos, así como de otros aditivos incorporados a la bebida. En realidad se trata, en la mayor parte de los casos, de productos que podríamos llamar “dulces líquidos”, que provocan a quien los ingiere un duro golpe glucémico (aumento de azúcar en la sangre). Sin embargo, la adulteración permitida y la falta de regulación a la publicidad son los ingredientes necesarios para que la población perciba estos productos como saludables. Aquí radica parte del problema que vivimos con la pandemia de sobrepeso y obesidad y que se origina en la falta de normatividad”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.


EPC es miembro de Consumers International, del Consejo Latinoamericano y del Caribe de Organizaciones de Consumidores y de la Red por los Derechos de la Infancia.
Para más información, llamar al 5338-4587, o al 04455-23154210 o visitar http://www.elpoderdelconsumidor.org/

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